Escribo para darme gusto,
para darle vida a este sitio inconcluso que me ha contenido siempre que lo requiero.
Escribo para ti, que nunca vas a leerme,
para no olvidar de lo lindas que te parecieron mis piernas...
Escribo para quien me lee,
y que no pierde la esperanza de encontrar algo nuevo;
escribo para mi, sin que ello signifique ahorrarme la sesión de spa mental.
Tecleo sin estructura pensando que la lista sin tu verde luce vacia,
creyendo ilusamente que alguna vez vas a leerme
porque mi ego es traicionero, y buscará la forma de que lo hagas.
Paso por aquí sin paso, más bien flotando por lo que hago
pensando más en lo que yo quiero que en lo que siquiera deseas recibirme;
deseando desde lo más profundo de mi animalidad inconciente
que suceda una vez más: si, que suceda de nuevo, pero mejor y con menos de lo que sobraba.
Llevo pensándote desde hace tanto,
que cada vez te vuelves más etéreo;
sospecho que al final esto es más simple
que dos personas sucediendo con y pese a sus circunstancias.
Si tan solo decidieras abrirte a la posibilidad
sabiendo que esto no significa más que el hecho mismo,
que no es necesario lanzar la piedra hacia el futuro,
pues es el presente mismo donde te quiero.
¿Qué podría darte? ¿qué quisiera darte?
¿a dónde llegarías conmigo?
¿a dónde llegaría contigo?
nada de eso importa...sólo es necesario que estés, que quieras estar, conocer, compartir...
Mientras seguiré aqupi, al paso de mis días cobrando las certezas necesarias,
mirándote desde la tribuna, conteniendo mis ansias que creo te perturban.
En tanto, aguardaré, hasta el punto justo donde sepa que puedo escuchar lo que sea de ti
lo que nadie quiere preguntar, lo que desde el principio me he negado a ver.
Al final, puede ser SI, NO...o quizá
