jueves, 4 de diciembre de 2008

coincidencia1

Me he vuelto discípula de las coincidencias,
y las alabo en cada oportunidad venida,
porque es en puntos como ese
donde la vida a un soplo y gira.

Es como tener por dentro
una estampida en veces quieta
que al chocar con tu mirada
pierde calma, desbocada...

es como danzar al cielo
con pasos breves pero firmes
que a los dioses agradan y entonces
ceden el favor del más cautivo de los motales...

es como padecer poco a poco
las mordidas de las hienas
cuando andas por la calle
cuando nuestros pasos no se enuentran...

Y pensando que la casualidad
no es más que el feliz encuentro
de dos mundos en caos
me permito abrir la puerta
nuevamente al devenir.

2 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
OdeenR dijo...

En el reino de la salamaaandraaa

Sí, por ahí va la cosa.