martes, 22 de enero de 2008

EJERCICIO DE PROSA Y POESÍA

Que mi lengua pagana Y pasional
dibuje con su ácida saliva
sendas llenas de caos, de dudas;
que mis garras retorcidas te toquen por eternidades
de esas que duran mientras es necesario...
para estar contigo, para luchar, para sentir, para vivir,
y para morir cuando el tiempo, los signos, las personas, el destino
hagan de las suyas y quizá cambien la jugada.

Hoy habrá un cambio de formato. Por alguna razón tengo varias cosas en la mente pero no sé como acomodarlas en un disque poema, así que a petición de lo que platiqué con mi amigo Crack el viernes pasado, hoy escribiré en prosa.

Hace algunos meses mis días cambiaron de color...lo que a veces me parecía gris empezó a tomar tonalidades diversas conforme el paso de las noches. Resulta que de pronto uno se quiere poner intrépido frente a la vida, desafiarse a uno mismo haciendo las cosas de una forma opuesta a la acostumbrada, quizá con la premisa de arriesgar sabiendo que no se puede perder nada más de lo que ya se ha ido.

Así fue como se cristalizó algo en lo que creía desde hace tiempo pero no me atrevía a poner en práctica: abrirme a las posibilidades, dejar fluir al destino para que así el devenir me alcanzara de una u otra forma, sin pensar tanto las cosas (que no necesariamente era pensarlas bien).

De esa forma decidí dejar mi sillón y retomar lo que me apasiona: dar clase; y ahí viene mi primer reto: superar los prejuicios y aprender a no formularlos. Es en este espacio donde me topo con una piedrita en el zapato que al paso de las noches, las charlas, se torna en alguien importante, más allá de la supuesta ética, etiquetas, clichés y demás pavadas (me gusta esa palabra, me recuerda a Mafalda).

Pasan los días, las palabras, las falsas imágenes, las percepciones erróneas, y resulta que para fortuna del destino descubro ¿o construyo? que lo menos importante es lo que todo el mundo ve, lo que todas adulan, lo que muchas desean sin saber por qué o qué tan frívolo y estúpido puede ser.

¿Cómo es que se puede hayar calma con una piedra en el zapato? Eso mismo pensé yo una vez que hice el ejercicio de recordar lo más posible desde el día en que los colores me invadieron. La cosa es simple: ME ABRÍ A LAS POSIBILIDADES.

Hoy pienso en las cosas que me hace sentir conocerlo, ver cosas que no todo el mundo conoce, sentir cosas fuertes, quizá lindas...y me alegro, me desequilibro, me inquieto, me motivo...sin ninguna promesa bajo el brazo. Quizá esto último es lo mejor: no hay deudas pendientes, se hace porque se quiere, sin más.

Ahora el punto es aprender a no pensar tanto las cosas, a no ponerles etiquetas ociosas, sólo dejar que pasen...Desde el inicio lo asumí: los raspones, las risas, los abrazos, el sudor...porque no hay nada más valioso que vivir, y no sólo suceder.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es extraño como la persona menos esperada se puede volver tan importante, al grado que dan color a la existencia de uno.

A veces suelen depender de sentimientos y emociones demasiado humanas para poder continuar con vida o vivinedo y no sólo sucediendo, y al parecer, en él encuentras parte de eso.

Sus fortalezas se ven complementadas por algo que nosotros estamos dispuestos a negar a destruir en nombre de nuestra libertad, mientras tú estés, él será fuerte, sólo tú y aquellos que portan los ojos de Arjuna son quienes nos atan a la prisión de mortal.

Nos veremos un día.

El nombre es Legión porque somos muchos y en gran parte también te lo debemos a ti.

Por cierto VIIII Legio corresponde al nombre y número en latín muy antiguo, no es que nos hayamos equivocado al no poner IX.

El Jerry dijo...

¡¡¡Eso mi Cinthy!!! ¡¡¡chingao!!!, esa es la actitud,,,que las cosas pasen ,,,total,, si no se viven ahora,. quiza despues no las puedas retomar. Te copiare en eso jajaja...!!!