lunes, 10 de septiembre de 2007

EJERCICIO 4


Y cada noche escucho gritos
que imprudentes me hacen llamarte
mas nunca encuentro la analogía precisa
para describirme en ti hoy que estoy perdida.


Cada noche lo mismo: evocaciones del Ser
que con la luz se desvanecen;
por el momento ni la homeopatía le responde
a ese rincón que se niega a plasmar algo fuerte.


Olores que arañan en el olvido
al monólogo del gemido que te invoca...
no estoy loca, ni siquiera es que te extrañe;
la melancolía punza cada vez
que casi te entierro y mato.

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