martes, 11 de septiembre de 2007

POR ENÉSIMA OCASIÓN EN MI VIDA



Por enésima ocasión en mi vida
desenterré el pasado porque creí que lo necesitaba
me hiciste una dulce jugarreta
insinuando cosas que asumí como señales
y que tomé por bandera para luchar por ti.

Quise reflejarme de nuevo en tus ojos,
perderme en el manto de la certidumbre que me dabas
no hay ilusión más frágil que esta:
creer que nada es imposible cuando de juntar caminos se trata.

Nadie sabe cuántas y cuántas veces lo he pensado…
Pensar mucho no significa pensar bien.
Quise arrojarme al sentimiento sin mesura,
apostar las bombochas, las agüitas y…bueno
...las canicas ¡hombre!
¿Tú me entiendes no?
Siempre lo hiciste, sin necesitar palabras.

Sólo mi cara, mis gestos, los tuyos
tus manos y mi feminazismo,
tus ojos y mi melancolía;
así era y parecía perfecto
al punto de creer en algo que hoy se torna
en una absoluta incoherencia.

Señales ¿divinas? no me permiten encontrarte.
Lo he intentado cuantas veces he podido sin resultado…
Bueno, si hay resultado: la maldición a la cobardía
al Super Yo que se enfrenta al Yo y al Ello siempre y desde hace mucho.

¡Cómo quisiera verte a la cara!
Escupirte una vez más y por todas mi cobardía,
la necesidad de tus ojos, de tus manos, de tu brazo
de tu voz pidiéndome más de mi, de ti, de todo
creyendo en lo que hago y confiando en mis utopías.

Hay algo extraño, el tiempo quieto que no se decolora
que nos tiñe de recuerdos, de reconocimiento mutuo
de esas ñañaras inexplicables que van más allá del deseo
pero que no lo subestiman porque así lo construyeron siempre.

Necesito que sepas que te quiero, que te quiero por Ser
No por necesidad…que te quería.
Si te necesito…necesito a mi amigo, al amante, al hombre, al niño, al borracho,
Al artista, al trabajador, al director, al amo, al esclavo, al guía, a mi alter-ego...
¡si te necesitaba!

No puede separarnos una vida, quizá dos si, pero una nueva vida jamás
no olvides que quiero lo que eres, lo que tienes, lo que te falta
lo que te sobra, lo que me niegas, lo que me brindas
lo que no dices y que gritan los labios
lo que no te atreves y que delatan tus ojos.

Y al final, si después de todo esto, y aquello y lo otro
decides que fue sólo una traición del instinto,
que no puedes, que no debes, que no quieres
al final… estaré ahí mirándote ser feliz, ser infeliz
porque así lo decidí, porque así lo asumiste,
porque hoy ya no somos tu y yo, porque hoy ya no estás sólo
y porque, a pesar de mí, de ti, de todo,
amarrándome el corazón y el deseo y el instinto y todo
estaré bien si tú estás bien…porque, ajeno a tu conciencia
hay algo que nos unirá para siempre.







No hay comentarios: